A partir de hoy, el límite máximo de velocidad en España es de 110km/h. En cambio en el Reino Unido el gobierno se está planteando subir el límite de velocidad a 130km/h. Lo curioso es que en ambos casos los gobiernos lo hacen para luchar contra la crisis económica.
La velocidad máxima en autovias y autopistas españolas era hasta ayer de 120 km/h. Hoy entra en vigor la nueva ley que de forma extraordinaria y (por ahora) temporal reduce la velocidad máxima a 110 km/h. El gobierno español sabe que conducir a velocidades más elevadas consume más gasolina, con lo cual si la velocidad máxima se reduce, habrá menos consumo y los españoles «quemarán» menos dinero en sus motores en estos momentos de crisis.
Para conseguir el carné de conducir hay que superar unos requisitos médicos y mentales que testifican que eres una persona responsable. Así que si puedes conducir una máquina que es capaz de matar, serás también capaz de decidir si quieres gastarte tu dinero en la gasolina del oligopolio petrolero, o si libremente prefieres reducir la velocidad y gastártelo en productos autóctonos que van a reactivar la economía nacional. Pero yo soy el menos indicado para juzgar la medida. Como ya sabes, sólo soy un simple cronista.
Hace unos días salieron en la prensa unas declaraciones del Ministro de Transporte británico diciendo que están considerando subir el límite de velocidad en las autopistas británicas. Actualmente la velocidad máxima es de 70 millas por hora (112 km/h) y el gobierno planea subirla a 80 millas por hora (129 km/h). Dicen que hay que evaluar el límite en términos de coste-beneficio. Lo que esto significa es que para salir de la crisis hay que aumentar la productividad, y si la gente puede conducir más deprisa llegará antes a los sitios con lo que tendrán más tiempo para trabajar.
Así que como la crisis se está alargando demasiado, para combatirla el gobierno español obliga a sus ciudadanos a que ahorren, y el británico les da mas tiempo a los suyos para que trabajen más.
¿Y la gente qué dice? Pues en España se ha montado un escándalo considerable porque la gente se niega a reducir la velocidad: no quieren perder más tiempo en la autopista. En el Reino Unido la gente está furiosa porque la decisión olvida la seguridad, ya que el nuevo límite podría causar más accidentes.
¿Cómo es posible que dos gobiernos encuentren soluciones completamente opuestas para resolver el mismo problema? ¿Son los unos visionarios y los otros estúpidos? ¿Habrá diferentes soluciones al mismo problema basados en la idiosincrasia del país? ¿Tendrán los políticos alguna remota idea de cómo sacarnos de la crisis?