El éxodo navideño

Estamos ya en Navidad, y Londres sufre un éxodo masivo de gente, ya sea para visitar a la familia o para huir del tiempo deprimente de las islas británicas.

Decir que Londres se queda vacía en Navidad sería una exageración. De hecho las calles están tan llenas como en cualquier otro tiempo del año. Pero de londinenses quedan pocos.

La mayoría de gente son turistas que han venido a pasar las vacaciones a Londres, o nuevos londinenses que no han podido o no han querido volver a casa por Navidad.

Pero una enorme cantidad de gente se va de Londres por estas fiestas.

Por un lado estamos los extranjeros. Sobretodo para los que venimos de países cristianos, lo de pasar la Navidad en familia es cita ineludible. Y sirve de excusa para por lo menos hacer una visita a la familia una vez al año, que como dicen por ahí, no hace daño.

Pero no sólo los extranjeros se marchan. En Londres hay muchos menos londinenses de nacimiento de lo que te puedes imaginar. En parte porque al acabar la universidad muchos vienen a Londres a buscar empleo. En parte porque cuando las parejas deciden tener niños se van a vivir a los alrededores de Londres donde hay más verde y menos asfalto. Así que  por una razón u otra, incluso los ingleses se van de Londres para ver a la familia.

Hay una tercera categoría, los que se van de viaje en busca de climas más templados. Durante los pasados años ha habido nieve. La nieve es muy bonita, pero cuando viene acompañada de humedad como en Londres, el frío se te mete en los huesos y no hay manera de sacarlo. Y eso por no hablar de este año, con vientos, lluvia y todo eso que los londinenses gustan en llamar «miserable weather». Así que muchos londinenses vuelan al Sur como aves de temporada a pasar unos días con algo menos de frío.

Los destinos son variados, pero por alguna razón España tiende a ser uno de los principales. Hay más vuelos a Tenerife desde Londres en Navidad que tinerfeños hay en la isla. Y qué decir de Andalucía. El Sur de Francia o de Italia también tienen mucha aceptación. Así que para el tercer grupo de londinenses una de las principales actividades de Navidad es la búsqueda de hoteles donde pasar unas templadas vacaciones, y a poder ser, sin lluvia.

En resumen, que entre gente que va a visitar a la familia, otros que reciben a la familia y los de más allá que vienen de turismo, Londres sufre un trasvase migratorio en Navidad.

Pero eso si, el día 2 de Enero todo el mundo a sus puestos.

¿Por qué el príncipe se llama George?

El nieto de la Reina de Inglaterra y futuro Rey de Inglaterra se llama George. De hecho era el único nombre que podrían haberle puesto. ¿Por qué? Tradición y continuidad. Antes de que se hiciera público, había apuestas sobre cual sería el nombre del hijo de Kate y William, los duques de Cambridge, y que un día será Rey de Inglaterra. Que los ingleses apuesten no es de extrañar. Apuestan por todo, y el nombre del futuro Rey no iba a ser menos. Pero siempre hubo un claro favorito. De hecho la mismísima pregunta era innecesaria. ¿Cual iba a ser el nombre del niño? Pues lógicamente iba a ser George. No había alternativa. ¿Por qué? Hay que recordar que la familia Real está ahí por una cuestión hereditaria. Y porque la gente lo quiere. ¿Y qué argumento dan a la gente para que les siga apoyando? «Tradition and continuity», que significa «tradición y continuidad». Quizás no sepas lo importantísimo que es la tradición y la continuidad en la cultura inglesa. Los ingleses no hacen revoluciones, ellos evolucionan de una forma pacífica y ordenada. De hecho una vez tuvieron un guerra civil en la que el Rey acabó colgado por traidor, y al poco tiempo reinstauraron a su hijo en el trono. El sistema político había cambiado, pero querían tener a un Rey en lo más alto. Todo puede cambiar, la política, la música, los negocios, la moda, pero siempre debe haber algo que conecte a los ingleses con sus antepasados, que se mantenga invariable e inquebrantable. Ese es el papel de la Corona Inglesa. Y eso nos devuelve al tema del artículo, el nombre del príncipe. Tradición. Saint George es el patrón de Inglaterra. De hecho la bandera inglesa es la cruz de San Jorge, que era el escudo de armas de la corona inglesa a principios del siglo XI. Continuidad. El último rey con ese nombre fue George VI, bisabuelo del niño y padre de la Reina Elisabeth II. Su nombre real era Albert, como su bisabuelo (el esposo de la famosa Reina Victoria), y no estaba llamado a ser Rey porque era el segundo hijo. Pero con la abdicación de su hermano se encontró en el trono sin comerlo ni beberlo. No hay ni que decir que la abdicación generó una enorme crisis en la monarquía, así que para dar una sensación de continuidad Albert fue coronado rey con su cuarto nombre, George (la película «The King’s speech» lo cuenta fantásticamente). La monarquía ha pasado algunos años de crisis desde que murió Lady Diana. Qué mejor que zanjar la crisis usando de nuevo ese mágico nombre, tan significativo para Inglaterra y los Windsor. Y por si te lo preguntas, si hubiera sido niña, sin duda su nombre hubiera sido Victoria. Nota 1: Ya se que técnicamente la Reina Isabel es Reina de Gran Bretaña, no de Inglaterra como vengo repitiendo, pero pregunta a cualquier escocés y verás qué opinan de la corona «británica». Nota 2: este artículo iba a aparecer en la última semana de Julio, pero el nacimiento de Londoner, el bebé de Un Mundo Perplejo hizo la actualización del blog en esas fechas algo difícil.

Londres quiere un jardín puente sobre el Támesis

El nuevo proyecto en boca de todos en Londres es un puente-jardín, al estilo de la High Way de Nueva York. ¿Idea genial o idea absurda?

El alcalde de Londres Boris Johnson está promocionando una nueva idea: un puente sobre el río Támesis que sea un jardín. O un jardín que sea un puente, como quieras verlo. Y se ha buscado para diseñarlo nada menos que al diseñador del pebetero olímpico.

El puente en cuestión iría desde el Southbank hasta Temple, y estaría entre los puentes de Waterloo y Blackfriars. Pero no sería un puente como los demás. Un puente sirve para ir de un lado a otro. Es un lugar de paso. Este puente sería un destino. Dicen los promotores que estaría diseñado para hacer que la gente se parara a charlar.

La inspiración para el puente es la High Way de Nueva York. La High Way es una vía de tren en desuso que ha sido reconvertida en un jardín elevado y que ha recibido todo tipo de elogios.

Para una ciudad original e innovadora como Londres, ir copiando ideas de otros no parece la mejor política. De hecho algunas gentes en Londres hace ya tiempo que andan buscando crear la High Way de Londres. Y la verdad es que no faltan opciones porque hay multitud de pasos elevados abandonados, y muchas otras obras de infraestructura que están esperando a que alguien les de un nuevo uso. El viaducto en Shoreditch parecía que tenía las mejores posibilidades. Y al final ha sido un puente de nueva construcción. La esencia de la High Way es precisamente recuperar para la vida ciudadana un espacio abandonado, no crear uno nuevo desde cero. Pero ahí está la clave, Londres no puede simplemente copiar.

El puente costará la nada despreciable cantidad de £150 millones de libras. La semana pasada en su presupuesto de Otoño el Chancelor George Osborne dijo que el Estado colaborará con £30 millones de libras para su construcción. Seguro que la gente en el Norte y el Oeste de Inglaterra estarán encantados de colaborar con gasto público a que Londres tenga un puente-jardín. Y los londinenses estarán contentos de que el alcalde le pida 30 millones de libras al gobierno para construir un puente que no es un puente teniendo en cuenta que este mismo año el alcalde ha ordenado el cierre de parques de bomberos, comisarias de policía y todas las taquillas del metro, para reducir costes.

Lo cierto es que el puente, si se construye, quedará de lo más bonito. Eso si, espero que los árboles sean bien altos y que construyan buenos parapetos contra el viento porque en Invierno, en pleno corredor del Támesis lo último que se te ocurre es pararte a charlar.

¿Crees que es genial o absurdo? ¿Crees que es demasiado caro, o que las ventajas compensan? ¿Crees que es una burda copia o una demostración de originalidad? La autoridad del transporte de Londres ha abierto una consulta hasta el 20 de Diciembre de 2013, así que si vives en Londres y quieres opinar sobre el proyecto, puedes hacerlo aquí.

Y tanto si vives en Londres como si vienes de turismo o simplemente te encanta esta ciudad, también puedes opinar dejando un comentario en este mismísimo blog (ya se lo haré llegar a Boris). Un puente jardín sobre el Támesis: ¿genial o absurdo?

Patinar sobre hielo en Londres Navidad 2013

Una de las actividades que nadie puede perderse en Navidad en Londres es ir a patinar. Aquí te traigo un pequeño listado de mis favoritas.

Las pistas de hielo son muy populares en Londres en Invierno y uno de mis cuatro actividades imprescindibles en Londres en Navidad. Aquí no hace ni mucho menos suficiente frío como para que el hielo se mantenga de forma natural durante tantos días, así que estas pistas se mantienen de forma artificial.

En la década de 1680 si habían pistas naturales, cuando el río Támesis se heló durante la «pequeña glaciación». Esto ya no ocurre hoy, pero aún así, tiene su encanto ir a patinar sobre hielo al aire libre en invierno. Así que aprovechando que todas las pistas están ya abiertas, aquí tienes un listado.

Una cosa si debes saber antes de adentrarte en el mundo de las pistas de hielo londinenses. Su nombre en inglés es «ice rink». No confundir con «ice ring», que significa anillo o círculo de hielo. El nombre «rink» es de origen escocés y podría traducirse más o menos por «pista».

Somerset Ice Rink

Skate at Somerset House

La Somerset House es un Palacio Neoclásico a orillas del río Támesis. En su patio interior, el mismo que se usa para la London Fahsion Week, en invierno instalan una pista de hielo al aire libre. ¿Has patinado alguna vez en un palacio? Y si vas de noche la iluminación es espectacular.

Tower of London Ice Rink

La Torre de Londres no necesita presentación. Es la fortaleza por excelencia, donde se guardan las Joyas de la Corona Inglesa y el lugar donde se encarcelaban a los traidores a la Corona.

El «ice rink» está nada menos que en el mismísimo foso defensivo. Mientras patinas puedes ver las inmensas murallas de la Torre. Simplemente espectacular.

Eso si, debes ir con un buen abrigo porque la pista está expuesta a la brisa del Támesis que es ligeramente fresquita en Invierno.

Broadgate Ice Rink

El Broadgate Estate es un conjunto de edificios de oficinas junto a la estación de Liverpool Street. En el centro hay una pequña plaza donde instalan cada año una pista de hielo.

Pero este año están en plenas reformas porque como ya comentamos, parte del Boradgate Estate está siendo reconstruido. Así que han movido la pista al Exchange Square.

No he podido ir a verla pero la mantengo entre mis favoritos porque es la pista que utilizan los tiburones de la City. Los puedes ver a todos tratando de impresionar a sus compañeros, demostrando lo mucho que saben. Así que cuando se caen es mucho más divertido. Más que para patinar, esta pista la recomiendo para ir a mirar.

Ice Rink Canary Wharf

Este es el segundo centro financiero de Londres, y al igual que todo su entorno, la pista de hielo trata de ser lo más lujoso de la ciudad. Puedes ir a patinar y para retomar fuerzas puedes hacer unos sorbos de «bubbly» en el Champagne bar.

Al igual que en Boradgate, vale la pena ver los esfuerzos de los patinadores en el «lunch break».

Eyeskate

Esta es la pista justo al pie del London Eye. El nombre es… bueno, dejaré que seas tu quien decida sobre el nombre. La pista es más bien pequeña, pero tiene la particularidad que es un circuito. Y claro, el máximo atractivo es que puedes ver desde ella los que son probablemnte los simbolos más conocidos de Londres: el London Eye directamente sobre tu cabeza y el Big Ben al otro lado del río.

Aparte de estas hay otras dos pistas. Una junto al Museo Natural, y otra en Hampton Court (abre el 30 de Noviembre), uno de los palacios de Henry VIII. Pero debo admitir, para mi vergüenza, que aunque conozco bien los dos edificios, no he visto nunca las pistas de hielo. Así que como es lógico, no puedo recomendarlos.

Y finalmente la pista en el Winter Wonderland, el mercado navideño de tipo alemán que organizan en Hyde Park. La pista es la más grande de UK, pero creo que le falta algo de encanto. Pero claro, esa es mi opinión.

Escoge la pista que quieras, pero no dejes pasar la oportunidad de patinar en Londres por Navidad. Y si ya lo has hecho, ¿cual es tu favorita?

El nuevo aeropuerto de Londres (posiblemente)

Al parecer Londres necesita más pistas de aterrizaje. Lo que no está tan claro es dónde construirlas. ¿Expandir Heathrow o abandonar Heathrow?

Londres tiene cinco aeropuertos, sumando un total de seis pistas. Heathrow es el principal con dos pistas, y está siendo usado al máximo de su capacidad, con aviones aterrizando cada tres minutos. El segundo es Gatwick con una pista, y muy poca capacidad sobrante. El City Airport tiene una pista más corta que sólo permite aviones pequeños. En el Norte están Stansted y Luton, que no son muy adecuados para llegar al centro de Londres por estar lejos y tener conexiones de transporte público lentas.

Las noticias llevan ya un tiempo diciendo que el Reino Unido está perdiendo dinero porque no puede añadir nuevos vuelos a los países emergentes. El gobierno tomó este problema muy seriamente y pasó a la acción encargando en Septiembre de 2012 una comisión independiente para que a finales del verano de 2015 ofreciera una solución no vinculante. Esto no hubiera sido necesario si el proyecto de construir una nueva pista en el aeropuerto de Heathrow hubiese seguido adelante, pero esa era una decisión del gobierno laborista, y cuando el nuevo gobierno de coalición Conservador-Liberal llegó al parlamento eliminó el proyecto.

¿Qué tiene de malo construir más pistas en Heathrow?

Ir de paseo por Richmond o Windsor, poblaciones al Oeste de Londres, es una delicia. Y digo pasear porque con los precios actuales vivir es casi imposible. Por eso sorprende que en ese paisaje idílico de casitas inglesas con su jardín y sus árboles de repente te sorprenda un enorme avión volando tan bajo que casi puedes ver el color de los ojos del piloto. Durante muchos años las poblaciones cercanas a Heathrow se han quejado del ruido. De hecho hay incluso estudios que afirman que puede provocar enfermedades de corazón. La expansión de Heathrow parece tener dos enemigos: el partido Liberal y el alcalde de Londres Boris Johnson.

Expandir Heathrow parece la opción más lógica, pero no parece ser la opción más probable en estos momentos.

Otra opción es expandir Gatwick con una pista y quizás otra en Stansted. Esta opción también sería fácil porque aprovecharía las infrastructuras existentes. Pero tampoco parece una buena opción en estos momentos, porque lo que necesita Londres es un «Hub Airport».

¿Qué es un «Hub Airport»?

Cuando tomas un vuelo de larga distancia, a no ser que estés cerca de un gran aeropuerto, es posible que tengas que hacer escala. O a veces es mejor hacer escala porque el precio sale más económico. Así que te importa poco si vas a hacer escala en Nueva York, Amsterdam, Paris o Singapur. Pero para los aeropuertos, convertirse en el lugar de escala significa mucho dinero. Esos aeropuertos son «hub», algo así como nudos viarios. Londres quiere ser «hub» y para eso no se puede tener tres aeropuertos. Se necesita uno sólo con muchas pistas.

Boris’ Island

Si lo que hace falta es un aeropuerto «hub», pero Heathrow está descartado, la única opción que queda es construir uno. Eso es lo que cree el alcalde Boris: un aeropuerto de seis pistas completamente nuevo en una isla artificial construida en el estuario del Támesis. Este aeropuerto costaría solamente 42.000 millones de libras y necesitaría además carreteras, ferrocarriles, puentes y toda la infraestructura. La prensa ya ha llamado a este proyecto «Boris’ Island», la isla de Boris.

Con semejante «hub airport» Heathrow sería innecesario, por lo que sería desmantelado, solucionando los problemas de ruido en Londres y en su lugar se construiría un nuevo barrio residencial con nada menos que 300.000 viviendas.

De este modo Londres tendría un ultramodernos «hub airport», Londres ganaría un montón de viviendas, su venta financiaría la construcción del nuevo aeropuerto, y el desmantelamiento de Heathrow solucionaría el problema de ruido. Negocio redondo.

Ahora sólo nos queda esperar a 2015 para ver qué recomienda la comisión. Pero claro, teniendo en cuenta que eso será después de las elecciones, y que todos los sondeos apuntan que los laboristas ganarán, igual tiran a la basura los resultados de la comisión y siguen adelante con el proyecto que el actual gobierno interrumpió.

¿Cual es la mejor solución?

Que es la Libertad?

Margaret Thatcher era un símbolo. Reverenciada por unos, odiada por otros. Como era de esperar, tras su muerte se recordaron muchas de las cosas que hizo. Lo que no me esperaba era que algunos la recordarían como una luchadora por la Libertad.

El semanario «The Economist», bien conocido por sus tendencias liberales (lo que en Europa entendemos por liberales) publicó en portada, como no podía ser de otra manera, la foto de Margaret Thatcher. Lo que no era tan obvio era el titular: «Freedom Fighter», Luchadora por la Libertad.

A Margaret Thatcher se la recordará por sus reformas económicas, por destruir por destruir el entramado industrial y condenar al paro y la pobreza a una gran cantidad de la población, quienes perdieron su subsistencia y fueron abandonados en un desierto económico (a día de hoy todavía lo es). Ella liberalizó las leyes financieras y creó el centro financiero que hoy es Londres, uno de los más importantes del mundo.

Pero a qué viene lo de «luchadora por la Libertad».

Dicen que detestaba el Comunismo. Para ella el Comunismo impedía al individuo ser Libre, y para ella la Libertad era un derecho fundamental. Libertad en el sentido que el Estado no puede limitar las aspiraciones de los individuos. Para ella era mejor ser libre y pobre que aceptar la beneficiencia del Estado. Ella fue quien empezó esa idea tan de moda hoy en día en UK: aspirational.

En su ideología, el Estado te obliga a pagar impuestos. Ese es un dinero que tu has ganado con esfuerzo, pero el Estado se apropia de él y decide qué hacer. Así te conviertes en rehén del Estado. El Estado te quita tu Libertad. En Libertad cada uno es libre de trabajar duro y progresar, aspirar a ser alguien, y hacer con su dinero lo que le plazca.

Si una empresa o una industria entera (como la minería) sobrevive sólo con subvenciones del Estado significa que el dinero que ganas, en vez de ir a tu bolsillo va a sostener esa industria.

Del mismo modo si el Estado te quita dinero mediante impuestos y te da un servicio público pagado con tu dinero te está quitando la Libertad de escoger qué servicios usar con tu dinero. Por eso Thatcher quería privatizar el transporte, la Sanidad, la Educación. Y quería eliminar toda esa burocracia que impide a los emprendedores hacer negocios.

Así que Thatcher luchaba para que el Estado no le impusiera obligaciones al individuo y permitiera a todo el mundo llegar a donde se propusiera. Ella misma demostró que la hija de un tendero puede llegar a ser Primer Ministro (haberse casado con un millonario ayudó un poco). Eso es Libertad: que el individuo sea el único que decida qué hacer con su dinero, y que el Estado no le diga qué hacer.

En esta «libertad» el pobre lo es porque quiere. Nada le impide progresar. Si quiere más dinero sólo necesita trabajar más. En esta Libertad el individuo y su familia pueden estar muriendo de hambre, o enfermos, pero no tienen al Estado entrometiéndose en sus asuntos.

¿Es eso la Libertad?

Nota: unos meses más tarde el alcalde de Londres Boris Johnson, autodenomidado heredero de Thatcher, hizo un discurso hablando de Thatcher en el que habló sobre qué es la igualdad.

Los futuros gigantes del sur del Támesis

Desde hace unos años la construcción de rascacielos se está poniendo de moda en la City de Londres. Y ahora parece que la moda se está extendiendo al sur de río donde están construyendo algo así como las «los guardianes de cristal».

La razón por la que la City está llenita de rascacielos mientras que al otro lado del río son escasos no es solamente económica. La orilla sur del río Támesis a su paso por Londres es una zona de marismas con un lecho de barro y fácilmente inundable. Construir una torre que mereciera el título de «rascacielos» presentaba algún que otro problema de estabilidad.

Hasta ahora, porque aparte del Shard, dos nuevos rascacielos han sido aprobados. En este caso están flanqueando la parte sur del puente de Blackfriars.

El solar del lado Oeste ya ha sido vaciado y el trabajo de construcción ha empezado. Al lado Este, el proyecto que ha sido recientemente aprobado, hay una serie de edificios que podríamos llamar «de poco interés visual».

Estos edificios van a acabar hecho añicos para dejar paso a la resplandeciente torre de cristal que van a construir en su lugar.

La torre de la derecha al Oeste de Blackfriars Bridge tendrá 50 pisos y llegará a los 170 metros de altura. La del Oeste se quedará en los 48 pisos. Este es el aspecto que van a tener.

Visto así, parece que las torres guarden el acceso al sur del río. Pero aunque esa va a ser la imagen más conocida, probablemente la imagen más impresionante sea viniendo del sur, llegando al puente. Los visitantes de la City se van a encontrar con dos gigantes de cristal (uno de ellos con barriguita cervecera) vigilando sus pasos. Será una versión moderna de las torres que flanqueaban la entrada a London Bridge, desde la que los amables soldados tiraban flechas o aceite caliente a aquellos visitantes que no les daban buenas vibraciones.

Aunque el gigante Oeste ya está en construcción, el gigante Este no empezará a construirse hasta 2015. Un Mundo Perplejo mantendrá información sobre estos gigantes, por si acaso esto de los rascacielos es tu tema.

Y si tienes curiosidad por ver la construcción, el aspecto que tiene hoy la zona o cualquier otra excusa que se te ocurra para visitar la ciudad de Londres, puedes echarle un vistazo a esta página en la que encontrarás hoteles y otro tipo de alojamiento. Porque Londres tiene muchos puentes, pero con el tiempo que hace aquí, dormir bajo uno de ellos puede que no sea la mejor de las ideas.

Las cosas claras y el chocolate espeso

Chocolate suizo, chocolate belga… Hay muchos países que parecen tener su chocolate. ¿Pero el «chocolate español» no existe? Y no será porque España no tenga una especialidad, probablemente la mejor de todas.

Esta semana es la semana del chocolate en Londres, y como amante del chocolate que soy he decidido publicar un artículo que ya hace mucho tiempo que tenía en la recámara esperando una buena excusa. Pues bien, ya la tengo.

Como quizás sepas, el chocolate es de origen americano. Cuando los colonos castellanos llegaron a América descubrieron que usaban el cacao como moneda y que lo bebían, aunque tenía un sabor amargo. Sólo los realmente ricos lo bebían, porque era como beber dinero. El «chocolate» es de hecho una palabra de origen azteca, que significa «bebida amarga».

Los colonos se lo llevaron a la corte española donde decidieron añadirle azúcar y lo popularizaron por toda Europa.

El chocolate alemán es famoso por la mezcla de chocolate con leche.

Los belgas inventaron el «praline», consistente en hacer exteriores de chocolate y llenarlos de más chocolate u otros sabores. Las tiendas de la Grand-Place en Bruselas elevan el chocolate a la categoría de joyería comestible.

Los Alpes traen de inmediato a la memoria el chocolate suizo, con su fondant que como su nombre indica, se funde en la boca.

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Viena es también famosa por el chocolate, ya que la corte del imperio austriaco estaba allí, y el chocolate era muy querido por la corte.

Los franceses perfeccionaron el arte de hacer pasteles con chocolate.

El chocolate inglés es también muy famoso. Aquí se inventó la tableta de chocolate. Las «chocolate shops» eran lo más para la clase alta londinense. De hecho beber chocolate se popularizó porque había un grupo de gente que por razones religiosas no podía beber ni té ni café, así que escogieron el chocolate como su bebida para socializar. Y hablando de socializar, uno de los clubs más prestigiosos de Londres, el White´s Chocolate House, era un lugar para ir a tomar chocolate. Los ingleses convirtieron el chocolate en una industria también en la ficción en «Charlie y la fábrica de chocolate».

Y eso por no nombrar el chocolate USA, que despierta pasiones de quienes lo aman y quienes lo odian.

Parece que todos los países tienen su chocolate, pero España lo trajo de América, le puso azúcar, lo popularizó por las cortes europeas y ya nunca más fue conocida por el chocolate. Cuando le hablo a alguien en Londres del chocolate español nadie sabe de lo que estoy hablando.

De hecho el chocolate protagonizó una de las mayores desilusiones que he tenido en Londres. Como contaba aquí en un artículo de 2006, la primera vez que me dispuse a tomar un chocolate caliente en Londres, al poner la cuchara en la taza me di cuenta que era líquido. Aquello no era un chocolate caliente. Era leche chocolateada a lo sumo.

Y es que ya lo dice uno de los dichos más populares: «las cosas claras y el chocolate espeso». Un chocolate líquido no es un chocolate. Esto es un chocolate caliente.

El chocolate especialidad en España es ese chocolate con consistencia, que cuando tomas una cucharada ni siquiera gotea. Por qué ese chocolate no es conocido como el «chocolate español» es un misterio para mi. Y una frustración, porque no hay en Londres lugar donde encontrarlo. Hay un par de negocios de street food que dan chocolate con churros, pero el chocolate es más bien escaso.

Ando esperando el día que alguien abra una chocolatería en Londres, no una chocolate shop o un café con chocolate italiano. Pero por el momento no hay suerte. ¿Alguien se anima a popularizar el chocolate español?

 

Las siete reglas del metro de Londres

El metro de Londres, el «tube», es el sistema nervioso de la ciudad y el más antiguo del mundo. Con millones de usuarios anualmente lo normal es que con el tiempo surjan una serie de reglas de comportamiento. Tras más de siete años usando el «tube», Un Mundo Perplejo está en condiciones de revelártelas.

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Debo admitir que el metro de Londres, el «tube», es mi debilidad. Es caótico, viejo, irregular, encantador y uno de los más icónicos del mundo. Seguro que reconoces su símbolo y su mapa. Este año se celebran los 150 años desde su primer trayecto y en su honor hoy te traigo las siete reglas del metro de Londres.

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Tener la Oyster preparada. En Londres el billete del metro es electrónico y se llama «Oyster». Debes tenerla preparada al acercarte a la barrera a fin de no detener el tráfico humano. No hay nada más molesto que un usuario rebuscando la Oyster bloqueando una de las entradas.

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En las escaleras mecánicas, no te detengas a la izquierda. Nada te delata más como forastero en Londres que quedarte parado en el lado izquierdo de la escalera mecánica. Es una flagrante demostración de falta de educación. Si lo haces de inmediato sentirás sobre ti las miradas de desaprobación e incluso alguien chasqueará la lengua.

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En los pasillos, mantén la velocidad de crucero. Los pasillos del tube son interminables, y hay una velocidad que parece estar aceptada por todo el mundo. No es una velocidad lenta, pero tampoco es rápida (como en París, por ejemplo). No te resistas. Únete a ellos.

En el andén, quédate junto a los accesos. El metro de Londres no tiene los accesos a los andenes en los extremos. Cada parada los tiene en un lugar distinto del andén. Al llegar al andén verás que todos los usuarios se quedan justo junto al acceso bloqueándolo mientras el resto del andén está vacío. Así es como se debe hacer. NO hagas caso de la megafonía que dice “Move along the platform” o “Use all the length of the platform”. Sólo intentan distraerte.

Apíñate ante la puerta cuando llegue el tren. Cuando llegues a una parada verás que antes de que se abran las puertas hay un grupo de gente apretados los unos contra los otros que apenas te dejan espacio para salir. Es un comité de bienvenida. Sonríe. Incluso saluda con la mano. Lánzate sobre ellos rápidamente (tienes apenas un segundo para salir antes que te atropellen al entrar).Y evidentemente, si eres tu quien está esperando, haz lo mismo. Cuanto más cerca de la puerta mejor.

No te levantes hasta que el tren esté detenido. En otras ciudades del mundo (de nuevo París me viene a la mente) cuando el tren llega a la parada la gente ya está preparada en la puerta para salir. En Londres no. La mayoría de gente se queda sentada hasta que el tren está detenido, incluso hasta que las puertas se abren. Algunos se dejan vencer por la presión y se levantan antes. No cedas a la presión. Mantén la mente fría y no actúes hasta el último momento.

Cuando el servicio se suspenda no te quejes, busca alternativas. Fíjate que no digo “si el servicio se suspende”, sino “cuando”, porque si usas el tube durante una semana seguro que vas a vivir un retraso o una cancelación provocada por alguna de estas razones. Quizás tu reacción más inmediata sea enfadarte, buscar la mirada cómplice de otro pasajero, pero verás que ellos no muestran ninguna emoción. Si están en el tren entre dos paradas siguen haciendo lo mismo. Quizás con una breve mirada al reloj y un suspiro. Si están en el andén hay que evaluar la situación y decidir rápidamente si quedarse o buscar un trayecto alternativo. Esto es algo que entendí en mis viajes por el lejano oriente. Enfurecerse no resuelve nada. Hay que mantener la serenidad, sentir como las emociones fluyen y se alejan, como un suspiro. El «tube» templa el carácter.

Si sigues estas simples reglas te vas a fundir perfectamente con los usuarios habituales, como un londinense.

Royal Mail, capitalismo y sentimentalismo

Si has estado en el Reino Unido seguro que has visto los famosos buzones rojos. Son un símbolo del Reino Unido. ¿Se puede privatizar un símbolo? Aparentemente si.

Royal Mail

Lo de la privatización de Royal Mail ya viene de largo. El discurso oficial dice que la empresa no se ha modernizado para hacer frente a la competencia y a las nuevas tecnologías que han convertido el negocio en obsoleto. Quien manda cartas hoy en día, pudiendo mandar un correo electrónico, o mejor aún, un Tuit. Dicen que es necesario que la empresa sea privada para que pueda llevar a cabo la reestructuración que es imprescindible para su supervivencia, y que los sindicatos han bloqueado sistemáticamente.

Que casualidad que justo unas horas después que el gobierno anunciara finalmente la privatización, Twitter mandara un mensaje a todos sus seguidores diciendo que también iba a salir a Bolsa. Incluso en este momento simbólico en que empezaba una nueva era, las nuevas tecnologías eclipsaban el gran anuncio.

Pero no es sólo Twitter y las otras tecnologías cool las que han arrastrado Royal Mail a la privatización. Incluso en el nuevo sector de la paquetería que está subiendo gracias a las compras online, Royal Mail también está perdiendo. Uno de los peores golpes fue hace unos meses cuando Amazon le retiró el contrato porque no ofrecía un servicio fiable. Supongo que Amazon considera que el nuevo servicio que han contratado que maltrata las cajas y a menudo ni se molestan en intentar entregarlas al destinatario es mejor.

Con las nuevas tecnologías haciendo el negocio de las cartas obsoleto, perdiendo contratos de paquetería, y con los sindicatos bloqueando todo intento de innovación, es lógico que el gobierno haya vendido Royal Mail: mejor admitir que no pueden hacerlo y que sea otro el que solucione el problema (ya sea con éxito o con fracaso).

Lo curioso del caso es que a pesar de todo al abrirse el periodo para solicitar acciones la demanda parecía bastante alta. De hecho al cerrar el periodo el gobierno reveló que la demanda había superado el 700% de la oferta. Y eso es para los inversores individuales. Para los inversores institucionales como fondos de inversión o fondos de pensiones la demanda ha sido todavía mayor. Es más, se dice que en el momento en que las acciones empiecen a cotizarse en Bolsa la semana que viene, el precio podría dispararse más de un 20%. No está mal para una empresa que en teoría necesita una reconversión total.

O quizás es lo opuesto: ahora que estará en manos privadas, su futuro es brillante, y  por eso todo el mundo quiere un pedazo.

Royal Mail es parte de la simbología británica. Sus orígenes están en Henry VIII, en el año 1516. De hecho se llama «Royal» porque hasta que Charles I lo abrió a todo el mundo, era el servicio postal del Rey. Sus buzones son parte del paisaje británico. Y muchos niños, como yo mismo aunque no estaba en UK, crecieron viendo en la tele Postman Pat. Quizás por eso la demanda ha sido tan alta. Hay algo de sentimental en Royal Mail y la figura del cartero. Un Mundo Perplejo quería comprar acciones, pero con una compra mínima de £750 desgraciadamente esta opción tuvo que ser abandonada (gran error por mi parte).

Y hay una cosa más. El servicio postal en UK es universal. Eso significa que lo que te cuesta mandar una carta o un paquete depende del peso, el tamaño y cuándo quieres que llegue, no del destino. Te va a costar lo mismo mandar algo al vecino que al lugar más recóndito de Escocia. Es el típico ejemplo de un Bien Público, en el que la parte del servicio que da beneficio (repartir en lugares de alta densidad como Londres) paga las pérdidas de otras partes del servicio (repartir en lugares de baja densidad). Porque el objetivo de la compañía es proporcionar un servicio, no lograr un beneficio.

El gobierno va a mantener esa regulación, obligando a la privatizada Royal Mail a seguir con ese sistema de precios. Pero ¿cuánto va a tardar la empresa privada, que se debe a sus accionistas, en decirle al gobierno que la regulación le discrimina respecto a sus competidores? ¿Y qué va a decir el gobierno en ese caso?

Habrá que ver cómo va todo. Hoy el gobierno anunciará cuantas acciones le tocan a cada inversor. Efectivamente, hoy es el día en que Royal Mail se convierte en una empresa privada. Veremos cómo evoluciona el precio la semana que viene, cuántos despidos se anuncian, cómo reaccionan los sindicatos, qué estrategia adopta la dirección para competir en el sector. Muchas preguntas. Quizás sea para mejor, quizás no. En cualquier caso una de las instituciones más queridas del Reino Unido ya no es de todos.