Hace algo más de un mes, la peor crisis económica desde 1929 aparecía amenazante en el horizonte. Parecía que la famosa burbuja había explotado, y los precios de las viviendas iban a arrastrar en su caída al resto de la Economía. Al final sucedió que de explosión nada, pero fuera lo que fuera generó una crisis de crédito cuyas consecuencias todavía se dejan sentir.
Lo que pasó fue que el nivel de impagados con las famosas hipotecas «sub-prime» en USA creció demasiado. Eso debió haber afectado sólo a los bancos con este tipo de hipotecas en USA. Pero los bancos endorsan los créditos a otros. Pongamos que te debo 100 euros, o sea que tienes una obligación mía. Tu le das esa obligación a otro que te da 98 euros. Y así se va repartiendo por el Mundo. Por eso nadie sabía quien se iba a ver afectado por los impagados. Consecuencia: pánico en los mercados.
Como tu bien sabes, los bancos guardan sólo una pequeña parte de tu dinero. El resto lo invierten o lo prestan. En caso de tener que pagar una gran suma, si no lo tienen en sus cajas, se lo piden prestado a otros bancos en el «mercado interbancario». El precio de los créditos es el interés, llamado «euribor» para Europa o «Libor» para UK. Con la crisis de las Sub-Prime, nadie sabía qué bancos estaban expuestos. Nadie quería prestar dinero a un banco que podía quebrar al día siguiente y nunca devolver el crédito. Y ahí es donde la crisis de crédito empezó, porque nadie estaba dispuesto a prestar.
Lo peor que puede suceder en una economía capitalista es la falta de movimiento. La Economía necesita que el dinero fluya. Que se lo pregunten al ex-presidente del gobierno español Jose María Aznar, quien se hartó de decir aquello de «España va bien», intentando hacer que la gente hiciera correr el dinero, en vez de guardarlo para tiempos difíciles. La crisis de crédito amenazaba con extenderse al resto de la economía si la gente tenia una crisis de confianza y empezaba a prepararse para malos tiempos.
Ante tal situación hay dos opciones que los Bancos Centrales pueden tomar. El Banco Central japonés, el europeo y la Reserva Federal USA decidieron inyectar dinero en los mercados financieros para asegurarse que había suficiente para los bancos en situación urgente. Su estrategia era que pasado el peor momento, los bancos volvieran a prestar.
El Banco de Inglaterra optó por la segunda opción. El gobernador Mervyn King dijo que no iba a inyectar dinero. Su argumento es que los mercados necesitan pasar por malos momentos a fin de eliminar a los elementos débiles. En este caso los bancos que tienen demasiados riesgos caerían y al final de la crisis la Economía emergería mucho más fuerte. Inyectar dinero mandaría el mensaje al mercado que no pasa nada si se toman demasiados riesgos, porque el Banco central está ahí para salvarlos.
Y así fue como el Banco central inglés fue el único que no actuó desde un principio para evitar la crisis. La consecuencia ha sido que uno de los bancos ingleses, el Northern Rock, ha entrado en serios problemas. Al saberlo, la gente se ha lanzado en pánico a las calles y haciendo colas de horas delante de las sucursales del banco tratando de recuperar su dinero, lo que no le ha gustado demasiado al gobierno.
El Lunes el Ministro de Economía (Chancellor of the Exchequer), salió en rueda de prensa diciendo que el Gobierno y el Banco de Inglaterra aseguraban que los ahorros estaban seguros. Eso dispersó las colas el Martes, y la crisis entró en un periodo de relajación. Pero The Economist ha criticado tal decisión, puesto que sienta el precedente de cualquier banco dando demasiado interés o manejando mal sus reservas, será ayudado por el Banco Central. Genial! Si a ello le sumamos que ayer, cuando la crisis ya es alarmante, el gobernador del Banco central decidió inyectar dinero en el mercado, por segunda vez en una semana, podemos ver que ha conseguido lo imposible: sufrir lo peor de las dos opciones (crisis y sentar precedentes) sin ninguno de los beneficios.
No hay que pensar mucho para entender por qué todos los ojos se fijan en el gobernador cuando se buscan culpables para una crisis que nunca debió llegar a tales magnitudes.
Nota: ver comentarios, la discusión es muy interesnte.