Las Olimpiadas empiezan en el mismo momento en que la llama olímpica se apaga en la ciudad anfitriona anterior. Eso significa que por Londres ya estamos de olimpiadas. En concreto, de Olimpiada Cultural.
La Olimpiada Cultural son una serie de actos culturales durante los cuatro años previos a las Olimpiadas deportivas propiamente dichas. Este fin de semana pasado Londres vivía la inauguración con un fin de semana de puertas abiertas en el Southbank Centre, el corazón cultural y artístico de Londres. Como quien no quiere la cosa (de hecho por pura casualidad) el abnegado equipo de Un Mundo Perplejo se dirigió a captar el ambiente.
El Southbank, que es la ribera sur del Támesis entre el puente de Westminster y más allá del Tate Modern, estaba espléndido. El sol era intenso (para pasmo de propios y extraños), el cielo no tenia una sola nube.
Un violoncelista tocaba el Ave Maria de Haendel, y los artistas callejeros dejaban a los paseantes con la boca abierta.
Siempre que deambulo por la ciudad sin rumbo acabo paseando por esta zona. Creo que es esa sensación de tranquilidad que se siente en sus múltiples rincones.
Pero volvamos al tema. El fin de semana de puertas abiertas significa que podías entrar libremente en las múltiples salas de conciertos del Southbank Centre a escuchar los ensayos de los músicos. Y el evento central era un guitarreo multitudinario, que ellos llamaron «Big Busk».
Los «Buskers» son los que tocan la guitarra en la calle, en el metro, donde sea. Así que teniendo como anfitrión al famoso Billy Bragg (si, he dicho famoso, y lo voy a dejar ahí para no hacer más evidente mi desconocimiento cultural). Decía que teniendo como anfitrión al famoso Billy Bragg, organizaron una sesión de guitarra en grupo entre el Millenium Bridge y Waterloo Bridge. Billy tocaba la guitarra mientras los demás tocaban al son, cantaban, o simplemente disfrutaban del ambiente. A fin de ayudar a los guitarristas mas novatos, cuatro voluntarios iban mostrando los acordes.
La primera canción fue, cómo no, un clásico de la guitarra, «Mr. Tambourine Man». Porque todo «busker» que se precie debe tener alguna canción de Bob Dylan en su repertorio. Le siguieron otros clásicos como «Stand by Me» y el famoso «A New England» de Billy Bragg (sin comentarios). Como clásicos de túnel de metro faltaron «Knocking on Heaven’s Door» y «Hotel California», pero no se puede tener todo. Y dado que era avanzada la tarde y junto al puente de Waterloo, «Waterloo sunset» de los Kinks hubiera quedado que ni pintado.
La guitarras estaban por todas partes, pero no faltaron otros instrumentos, como el Sr. Maraca e incluso nuestra particular sección de viento, que fue ovacionada.
Hay que decir que aquí, en Un Mundo Perplejo somos de fácil emocionar, así que un servidor se le puso piel de pollo al ver a tanta gente tan distinta tocando la guitarra, cantando o simplemente con una sonrisa de oreja a oreja. Ya ves, soy de los simples pero estas cosas me llegan.
Así que aviso a navegantes. Échale un ojo de tanto en tanto a la página del Southbank Centre, o de la Olimpiada Cultural, porque esto promete.