Nevada en Londres 2009 (3/3): Fotografía popular

Algo que me llamó muchísimo la atención el Lunes paseando por la nieve fue la cantidad de cámaras fotográficas. Parecía que cada persona con la que te cruzabas tenía una cámara. En algunos lugares como London Bridge, apuntando hacia Tower Bridge, incluso había cola para usar los mejores puntos.

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Gente de todos tipos, tamaños, razas y colores guardando recuerdos.

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Fotos típicas y fotos atípicas, con cámaras grandes, pequeñas, teléfonos móviles…

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Y es que hoy en día todo el mundo tiene una cámara digital. Y la ventaja es que con un simple cable, las fotos pasan al ordenador, y de ahí al mundo entero. Ya no hace falta pegarse a la tele para ver algunas imágenes. No hace falta esperar a la publicación del periódico para ver unas pocas instantáneas. La fotografía popular nos permite ver lo cotidiano y lo sorprendente a través de los ojos de los demás. Para mi eso es lo más valioso porque cada persona se fija en cosas distintas, y la cámara te las muestra tal como ellos las vieron. Más fotos por favor!

Ya has visto mi particular punto de vista sobre la nevada en las dos entregas anteriores: Nevada en Londres 2009 (1/3), Nevada en Londres 2009 (2/3).

Aquí puedes ver la nieve vista por otros ojos. Espero que lo disfrutes tanto como yo.

Caos de Mundo

3 Segundos de Memoria

Ra: blog, fotos

Alberto

Por favor, si tienes fotos de la nevada, súbelas a cualquier página de compartir fotos y escríbeme el link en un comentario.

Ah! Y hablando de imágenes, también eso se ha popularizado. Fíjate en lo que saqué en London Bridge…

London under the snow February 2009 from Sirventes on Vimeo.

No es que sea muy bueno, pero ya iré mejorando.

Para ver todas las fotos visita el set de Flickr London Snow 2009

Nevada en Londres 2009 (2/3): Gente y nieve

Las noticias decían que había caído la mayor nevada de los últimos 18 años. Vestidos con botas, chaqueta, gorro y quien sabe cuánto más nos lanzamos a la calle cuando apenas había luz y comprobamos que las noticias no exageraban.

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Quien va a ir a trabajar en estas circunstancias? Algunos ya estaban trabajando… para permitir que otros pudieran ir a trabajar.

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Las bicicletas, un medio de transporte muy popular sobretodo para ir a la City no parecían ser una buena solución.

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No, definitivamente no era día para bicicletas.

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Bueno, nunca hay que subestimar la capacidad de sufrimiento de los londinenses.

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Los tradicionales «black cabs» salieron con alguna que otra dificultad.

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Dicen que intentar salir en coche de algunas partes de la ciudad era simplemente imposible. Por una vez, el tractor de Chelsea mostraba alguna utilidad en las angostas y retorcidas calles de la City. Aunque seguía sin tener justificación.

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La mayoría de líneas de metro transcurren en algun tramo por el exterior (curioso que le llamen suburbano), y con 25cm de nieve cubriendo sus vías, era más sencillo decir que trozos funcionaban que los que no.

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Con los trenes corriendo incluso peor suerte que los metros, el caudaloso rió de gente que cada día cruza London Bridge desde la estación de tren quedó reducido a un tímido torrente (torrente no por la velocidad sino por la dirección errante a causa de los continuos resbalones).

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Visto lo visto, cualquier método de transporte era válido.

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La autoridad del transporte decidió dejar a todos los autobuses en las cocheras. Una decisión que me pareció de lo más acertada. Nadie quería ver uno de los autobuses acordeón cruzado de lado a lado de la calle, o uno de los de dos pisos estampado contra un árbol, o tirado horizontalmente en una esquina. Porque para conducir sobre nieve y hielo hace falta mucha suavidad en la conducción, una habilidad poco abundante entre los conductores del transporte público londinense.

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Así que a muchos les tocó ir andando a trabajar.

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Hay que decir que no era el mejor día para ir elegante. Era más bien una cuestión de ropa de batalla.

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Algunos no pudieron evitar tener que ir a trabajar (eh, hola ahí abajo, alguien me presta una chaqueta?)

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Las escuelas y jardines infantiles estaban completamente cerrados.

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Ante semejante espectáculo, fueron pocos los que se quedaron en casa, a pesar de que el frío se calaba en los huesos.

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Mañana última entrega de la trilogía.

Para ver la primera parte: Nevada en Londres 2009 (1-3): Monumentos bajo la nieve

Algunas fotos han quedado en el tintero. Para verlas visita el set de Flickr London Snow 2009

Nevada en Londres 2009 (1/3): monumentos bajo la nieve

La previsión meteorológica había anunciado tormentas de nieve en Londres. Lo que nadie se imaginaba es que mientras la ciudad dormía, la mayor precipitación de nieve en 18 años iba a dar alguna que otra sorpresa.

Por la mañana Londres se levantó vestida con un impecable vestido blanco que sólo permitia ver algunas picardias.

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Así que Un Mundo Perplejo, siempre al pié de la noticia, se puso ropa caliente, botas, chaqueta, gorro de lana y capucha, y se lanzó a las calles de Londres.

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Contra viento y nieve, el dragón se mantenía erguido a las puertas de Londres, vigilando a todo aquel que osaba cruzar London Bridge.

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Las torres de Tower Bridge soportaban impasibles las temperaturas matutinas.

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A lo lejos, los rascacielos de la City estaban algo más vacíos que de costumbre.

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Southwark Cathedral había cambiado su papel de catedral al sur del río para convertirse en un palacio encantado.

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Al otro lado del río, la cúpula de la catedral de St Paul’s contaba batallitas de nevadas de otros tiempos.

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La imponenete chimenea de ladrillo del Tate Modern contrastaba con la palidez del aire.

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El Millenium Bridge era más liviano que nunca, y el caminante despistado se quedaba prendado por las escasas pinceladas de color.

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El Támesis corría en silencio, y parecía que el único ruido que se podía escuchar era el de nuestras pisadas sobre la gruesa capa de nieve.

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Consideramos sentarnos a disfrutar una cervecita fría, pero el tiempo apremiaba.

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Remontando el río, la City quedaba ya a lo lejos.

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Incluso los monstruos de escatas que se encaraman a las farolas del paseo parecían menos feroces.

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Como no podía ser de otro modo, nuestro paseo terminó a los pies de un inmóvil London Eye.

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Con la nariz helada, las piernas cansadas de evitar los traicioneros resbalones y las manos agarrotadas dimos por finalizada la tarea, no sin antes echar una mirada al otro lado del río, hacia la torre del reloj.

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Puedes ver la segunda parte del paseo aquí. Para ver alguna foto más visita el set de Flickr sobre la Nevada en Londres 2009

Y si tu también tienes fotos publicadas, por favor pon un comentario y te pondremos un link.

Los problemas de Facebook: amigos indeseables

Facebook es para estar en contacto con tus amigos. Pero qué ocurre cuando te invitan aquellos que precisamente quieres mantener desconectados. He aquí una idea sobre cómo afrontar este problema.

Quizás habrás escuchado hablar de Facebook. Quizás incluso te hayas registrado. En ese caso sabrás que en cuanto empiezas a añadir a unos cuantos amigos cercanos, inmediatamente empiezas a recibir un bombardeo de invitaciones para que les añadas a tu lista de «amigos». Este bombardeo proviene de familia, compañeros de trabajo, compañeros de clase, ex-compañeros de escuela, vecinos, o ese tipo con el que mantuviste una conversación fugaz (e involuntaria) en la fiesta de un amigo.

En muchos casos son gente con quien perdiste contacto, y no fue por casualidad. En otros son conocidos con los que te tropiezas de vez en cuando y ese es el máximo nivel de intimidad que quieres mantener con ellos. Y en otros más son gente que has conocido casualmente, y que estás muy feliz de no saber de ellos nunca más. En general, son gente con los que NO quieres mantener contacto.

Al recibir su invitación tienes dos opciones:

  • Rechazar su invitación, con lo cual vas a ser acusado de antisocial (que como ya discutimos es algo que debemos evitar como sea a fin de salvaguardar nuestra imagen social)
  • Aceptar la invitación, mandando el mensaje implícito que quieres estar en contacto con él o ella

En cualquier caso, el final será aceptar la invitación, con lo que lo mejor es asumirlo y pasar al ataque.

Con ese fin debemos mandar invitaciones a toda la gente que conozcamos, incluso aquellos a los que detestamos. Luego debemos investigar la lista de amigos de nuestros amigos a fin de localizar a alguien que conozcamos o que nos hayamos cruzado alguna vez. Y finalmente hay que estar atentos a los anuncios de nuevos amigos de nuestros amigos, para invitarlos a nuestra lista de amigos inmediatamente.

De esta manera la questión planteada más arriba pasa a ellos. Si nos rechazan, siempre tendremos ese as en la manga para llamarles «antisociales». Si nos aceptan, es algo que de todos modos iba a suceder, con la diferencia que nosotros hemos llevado la inicativa, así que somos nostros los que somos abiertos y sociales. Y encima vamos a tener un montón de «amigos», cosa que los otros van a ver con admiración, y va a aumentar nuestra fama social.

Asunto solucionado!

Me vas a perdonar, pero no voy a decirte cómo encontrarme en Facebook.

En el Banco de Inglaterra no tienen ni idea

El Gobernador del Banco de Inglaterra ha admitido públicamente que no entiende nada sobre esta crisis. Al fin una noticia positiva!

En un discurso ante la patronal británica la semana pasada, el gobernador del Banco de Inglaterra dijo en referencia a la situación económica actual.

«Está claro que la políticas no consiguieron prevenir el desarrollo de una situación insostenible»

Y en referencia a las políticas aplicadas más recientemente, como la reducción hasta niveles ridículos del tipo de interés, dijo:

«El retraso de los efectos de la política económica son notoriamente largos e impredecibles»

La traducción de toda esta palabrería convenientemente estudiada por su departamente de relaciones públicas es simplemente «No sabemos por qué las políticas no prevenieron la crisis, y no sabemos cuando las políticas que estamos implementando van a funcionar, o incluso si van a funcionar». Es decir, que el Gobernador del Banco de Inglaterra no tiene ni la más mínima idea de cómo nos metimos en la crisis o cómo salir.

Y tu dirás: Pues si el Gobernador del Banco de Inglaterra, uno de los economistas más brillantes del país ayudado por los economistas más brillantes del país y parte del extranjero no lo sabe, entonces estamos listos. Si ese es tu pensamiento, estás siendo hipócrita y oportunista.

Es de dominio público que los economistas no tienen ni idea de Economía. Saben muchas teorías, usan palabras complicadas y a veces son capaces de explicar crisis del pasado pero sobre el futuro? Ni idea.

Lo que a menudo parece seguridad no es más que arrogancia o simple ingenuidad.

Es de agradecer que nos ahorre el dolor de clases magistrales de economía que no se cree ni él (bullshit). Debo decir que el hombre me produce simpatía. Admitir la ignorancia es el primer paso para abandonar el libro de economía y empezar a aplicar el sentido común, que seguro que funciona mejor. Buena suerte majete!

Coreografías musicales en la vida real?

Si hay un género cinematográfico que no tiene intención de ser realista es el de los musicales. Es simplemente imposible… Lo es?

Un amigo me comentaba hace tiempo que el cine musical le parecía inverosímil. La historia transcurre con normalidad, de repente se escucha una música y toda la gente, totales desconocidos, empiezan a bailar juntos en una coreografía perfecta. Mi amigo decía que es ridículo.

Debo estar de acuerdo en la imposibilidad. Pero precisamente eso es lo que más me gusta del cine musical: la sorpresa, la sensación de comunión de la coreografía, y la cara de felicidad que se me queda. Sería fantástico que sucediera de verdad.

Flash Mob (anuncio)

Puntualidad inglesa

Dice el tópico que los mediterráneos y latinoamericanos tenemos la sangre caliente (lo que nos hace interesantes), y que llegamos siempre tarde (lo que nos hace desesperantes). Por eso tenemos mucho que aprender de la puntualidad inglesa.

Cuando a Julio Verne se le ocurrió escribir sobre un tipo que daba la vuelta al mundo en 80 días, creó el personaje de Phileas Fogg (Willy Fog para algunos). Puesto que el viaje debía conectar varios medios de transporte, el personaje debía ser metódico y ridículamente puntual. Por eso Verne lo hizo inglés. Bueno, por eso y porque la mayoría del trayecto iba a transcurrir por tierras del imperio británico, con lo que ser inglés ayudaba. Pero en cualquier resultaba creible que un inglés fuera puntual. «Los imprevistos no existen» dice Fogg.

Dice la leyenda que a Verne se le ocurrió la historia leyendo un artículo sobre la inauguración de un nuevo tramo de tren en India. Precisamente Phileas Fogg comenta esta noticia con sus amigos en el Reform Club, uno de los «Gentlemen Club» más prestigiosos de Londres, incluso hoy. La conversación deriva en una apuesta de dar la vuelta al mundo en 80 días, empezando aquella misma tarde tomando el tren desde Londres hacia Dover.

Trenes. Ahí quería llegar. La fama de puntualidad de los trenes ingleses es también mundialmente conocida. Por eso al comprobar que los trenes por la mañana llegan sistemáticamente tarde, me molesté en buscar en la página web de la compañía ferroviaria si había alguna referencia a la puntualidad. Y la había. Y para colmo decían que tienen un 90% de puntualidad. Cómo pueden decir eso?

La respuesta está en la letra pequeña, la «fine print» como dicen aquí.

«Puntualidad: Porcentaje de trenes en hora punta que llegan a su destino dentro de los cinco minutos de diferencia con el horario previsto»

Traducción: si el tren llega cinco minutos tarde, ha llegado puntual. Esta aparente contradicción puede ser muy útil. De ahora en adelante, cuando llegues cinco minutos tarde y la persona con quien te tienes que encontrar te esté esperando mirando al reloj puedes decir con aire solemne «llego con puntualidad inglesa». Y si llegas diez minutos tarde, te disculpas diciendo que sólo son cinco minutos fuera de la puntualidad.

Música por inducción

Lo que más me gusta de los locales de Jazz y Blues es el realismo. Acostumbran a ser pequeños tugurios donde las distancias cortas permiten disfrutar de una auténtica experiencia musical, relación directa entre los músicos y tu. Mi actitud era errónea.

El sábado fui a un pequeño concierto de Soul en un local de Jazz. Bajamos las escaleras (los locales de Jazz acostumbran a estar en el sótano). El lugar era pequeño, apenas 30 metros con el punto más alejado del escenario. El grupo, un cantante, guitarra eléctrica, bajo, batería y un percusionista.

Las primeras notas retumbaron en mi cabeza con violencia. Me di cuenta de la presencia de altavoces desperdigados por todo el local. Para qué? El local estaba perfectamente insonorizado, y la audiencia tan cercana a los músicos que podíamos verles las pupilas. Si bien guitarra y bajo necesitan un amplificador, los altavoces no son lo que uno espera de una sesión musical «íntima». Escuchando música a través de grandes altavoces se tiene la misma experiencia en una gran sala o una sala pequeña. Los instrumentos y la voz llegan del altavoz más cercano, y son imposible de separar unos de otros. Qué sentido tiene? Pues lo tiene.

En una audiencia menor de 50 años, todos hemos sufrido atrofiamiento del oido musical sometidos a inacabables sesiones de discoteca hablando casualmente con un vaso en la mano apoyados en un altavoz de dos metros de altura vomitando decibelios. La música para nosotros no es algo íntimo. Si no está a un volumen rídiculamente alto no es música. Así que enfrentados a una sesión de blues (en este caso) en la corta distancia, no confiamos en las benevolentes vibraciones de la voz del cantante transportadas a través del aire electrificado por la emoción. Esperamos una llegada violenta. Que la música ahogue la ocasional conversación de la pareja de al lado. Que nos llegue por todos los sentidos. Casi por inducción. Porque no estamos acostumbrados a escuchar música, sinó a sentirla físicamente en el cuerpo. Y eso sólo se puede conseguir gracias a las bondades del altavoz.

Cierto que se puede perder algo la textura musical, la apreciación de cada uno de los instrumentos, la intimidad. Pero es lo que tiene el mundo moderno. Y no vamos ahora a empezar a criticarlo, no?

Tienes un apellido ganador?

Iniciamos hoy una nueva sección orientada a informarte sobre informaciones completamente prescindibles pero que te ayudarán a llenar esos momentos de silencio en encuentros familiares, para empezar conversaciones en fiestas donde no conoces a nadie, o para confirmar a esa persona con quien estás intentando ligar que tienes la cabeza llena de datos inútiles.

En este caso mencionamos un estudio científico de la prestigiosa Universidad Carlos III sobre los apellidos españoles. Con la ayuda de la estadística han demostrado que hay un 45% más de posibilidades de que alguien con un apellido poco común tenga una profesión de éxito. Del mismo modo, los apellidos comunes se encuentran proporcionalmente menos en las profesiones de éxito.

Los resultados han mostrado a los investigadores un «sesgo» que significa que los apellidos poco comunes se encuentran en profesiones de éxito más que proporcionalmente a su frecuencia en la sociedad, y los comunes, menos que su frecuencia, con lo que concluyen que

«personas con apellidos poco frecuentes tienden a tener un nivel socioeconómico mayor que aquellas que ostentan otros más comunes»

Así que ya sabes, si tu apellido es García, Fernández, González, Rodriguez, Lopez, Martinez, Sanchez, Perez, Martinez Martín o Gomez (los diez apellidos más comunes según el Instituto nacional de Estadística español) debes saber que es poco probable que algún día llegues a ser alguien. Lo dice la estadística, y ha salido en un estudio de una universidad, y titulado nada menos que en inglés! (Surnames and social status in Spain) Será que es fiable.

Tarde y mal

Pues si, acabo de darme cuenta que la fecha que me había fijado para la vuelta era el pasado jueves. Vamos un poco tarde.

Si por casualidad has llegado aquí buscando el post prometido, mis disculpas. Mañana habrá uno. Prometido. Esta vez si (vaya imagen!)