Hace unos dias escribí que los ingleses han descubierto que beber té es más sano que beber agua. En aquel momento avisé de que el té estaba apunto de conquistar el mundo. Nada más lejos de la realidad. El segundo paso del plan magistral ya está en marcha.
Desde hace algún tiempo el gobierno británico está tratando la obesidad no como casos aislados, sinó como una epidemia, sobretodo al comprobar que los niveles de obesidad en niños crecen alarmantemente. Las últimas noticias acerca de que el Reino Unido es el país europeo con más obesidad no hacen más que confirmar la necesidad de dicha política.
Una de las primeras medidas fué la campaña 5 a day, recomendando comer cinco piezas de fruta o verdura al día. Nuevos carteles han aparecido en el metro de Londres donde dicha campaña se amplía a 4 tazas de té al día. Según el anuncio el té lleva antioxidantes que ayudan a controlar los radicales libres (y eso parece que es bueno).
Por si el estudio sobre lo beneficioso del té no era suficiente, ahora el gobierno obliga, en esta lucha en contra de la obesidad, a tomar cuatro tazas de té. Gran Bretaña está conquistada. Tercer paso: el mundo.