Vender un riñón

Ayer vi un documental en la BBC sobre la venta de riñones en Iran. Todavía ahora estoy impresionado.

Resulta que en Iran uno puede ir a una clínica y vender un riñón. Está regulado por Ley. Cada año más de 1.500 personas venden un riñón. La oferta supera la demanda.

Una mujer estaba preocupada por su hijo, quien iba a someterse a la operación. El médico le dijo que dar un riñón es totalmente seguro. Que se puede seguir una vida normal. Que todavía queda otro…

Lo primero que hacen las recepcionistas de las clínicas es preguntar la edad (tiene que ser entre 23 y 34 años), dónde viven, y por qué lo hacen. Su respuesta es casi siempre «porque lo necesito». Eso significa «por el dinero». Y cuánto obtienen? El precio está regulado. Teóricamente no se obtiene más dinero por ir a una u otra clínica. En el mejor de los casos, se obtienen 1.500 euros.

La pregunta con la que el documental empezaba es «¿Cual debería ser tu situación para que vendieras un riñón?». Y por 1.500 miserables euros.

Quien es Borat? Y Ali G?

Hace un par de semanas se emitió la última entrega de la temporada de «Da Ali G show». En él aparece un tipo, Ali G, vestido a todos los efectos como un rapper, incluidas gafas de sol amarillas, perilla y ropa deportiva. El tema es que es blanco. También aparece un individuo porcedente de Kazakhstan, Borat, quien en sus entrevistas logra sacar de quicio a cada entrevistado y crear las situaciones más surrealistas. Nuevo humor inglés en estado puro.

Borat llega al Reino Unido con la intención de grabar un documental para ser emitido en la TV de su país. Algunas de las cosas que dice son por ejemplo que en Occidente el vino es hecho con uvas, y no con orina de caballo fermentada, como en Kazahstan. La fórmula es vieja: un tipo con pinta de no enterarse de nada entrevista a alguien inportante quien responde a las preguntas más inverosímiles porque el entrevistador es tan ingénuo que no se da cuenta de lo que dice. Así es como Borat por ejemplo asiste a una caceria del zorro y hablando con un viejo que reivindica su derecho a cazar zorros acaba consiguiendo que éste diga que hace falta tener «pelotas» para cazar un zorro, y ser muy «hombre». Luego se va a un entrañable grupo de manifestantes a quienes espeta que en su país cazan animales. Dos mujeres le abuchean. Él les dice que ellos aman a los animales. Las mujeres le preguntan «Y entonces porque los matais?», a lo que él responde «por diversión».

Cuando Borat presentó los premios MTV Europa en 2005, lo hizo con su habitual tono grosero, maleducado, homofóbico, misógino y todos los malos complementos que uno pueda imaginar. El portavoz del Ministerio de Exteriores de Kazakhstan, tras ver el programa, dijo que el señor Sacha Baron Cohen (verdadera identidad del humorista) podría estar sirviendo intereses políticos para mostrar Kazakhstan y sus ciudadanos de forma derogatoria», y que se reservaban elderecho a tomar acciones legales. Borat respondió en un video diciendo que apoyaba por completo a su Gobierno para que denunciara a «ese judio». Hay quien no encuentra gracioso que un judio haga comentarios anti-judios.
Una simple búsqueda en youtube da decenas de resultados del humor que gasta este hombre.

Otro de los personajes de Cohen es Ali G. Quien está convencido de ser un rapero. En uno de esos programas de humor para recaudar fondos en la BBC, entrevistó a Beckham y señora. Casi al principio le dice a Beckham (una de las personas más admiradas en UK) «el hecho de que este programa sea cómico no significa que tengas que usar una voz graciosa», refiréndose a su voz normal.

Ali G tuvo su propia comedia. Ahora Borat tiene su película. Se va a estrenar en Noviembre. Los hay que opinan que es una gamberrada. Otros humor fino que se rie de los prejuicios de la gente. Para ir haciendo boca aquí está su página con links a la película. Ah!, y mucho cuidado con tomar en serio lo que este impresentable dice.

La contraprogramación y sus efectos beneficiosos

Quizás alguien haya oido esta palabra antes. Se trata de una práctica que se da en televisión según la cual una cadena pone un programa a cierta hora a porpósito para coincidir con otro programa de otra cadena. Partiendo de la base que la TV es una fuente inacabable de conocimiento y que bajo ningún concepto sus responsables podrían hacer algo que no fuera beneficioso para nosotros los televidentes, decidí buscar la razón de la contraprogramación.

La contraprogramación puede ser de dos tipos. Uno es el que ponen dos programas de gran éxito a la misma hora. El segundo es la que los dos programas van orientados al mismo tipo de persona, como jóvenes, futboleros o gente con pocas cosas que hacer. El último, cuando los dos programas tienen características muy similares, como los «late night show» o documentales.

La queja recurrente es que un día tienes que escojer y perderte algo digno de ver, y otro día tienes que tragarte cosas que no quisieras ver, y te preguntas por qué no podrian dar ese programa que te perdiste.

Y ahí está precisamente el punto. Si repartieran los programas en distintos dias, acabaríamos viendo siempre el mismo tipo de programa. Nunca nos arriesgaríamos a ver nada distinto. Pero gracias a la contraprogramación acabamos abriéndonos a nuevos mundos, nuevos tipos de programa que de otra manera jamás hubiéramos descubierto.

Desgraciadamente inventos como el video, la televisión a la carta o simplemente aquellos que deciden cerrar la TV y hacer algo distinto rompen este grandioso plan condenándonos a un mundo homogéneo y sin variedad. Qué lástima.

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Las series de mi infancia vuelven al ataque

Dicen que todo vuelve, como la corriente neo-pop de los últimos años. Ahora nos toca a los niños de los ochenta. Por si no os habías dado cuenta de que ya han pasado «Verano Azul» (mítica serie de TV española) hasta que la cinta ha empezado a chirriar, preparaos, porque parece que M.A. Barracus, Hannibal Smith y compañia vuelven a salvar el mundo.

Y es que nos hacemos mayores. Da un poco la sensación de que mi generación está llegando a los puestos de decisión. Es así como uno de los anuncios de TV más celebrados en UK es el de uno de esos insoportables servicios 11 lo que sea para preguntar cosas por teléfono. Lo bueno es que salen unos tipos con peluca negra y vestidos como salidos de la maratón de Nueva York de 1983 cantando el número en cuestión 118 118 con la música del mítico Equipo A (one one eeeeeeeeeight, one one eeeeeeeight). Es tremendo. Y no solo eso, en un programa de TV de cachondeo un humorista se fué a USA para reunir a los supervivientes del Equipo A.

Y de golpe, en este frenesí ochentero aparece en el metro de Londres el anuncio de la colección completa en DVD del Equipo A. Y para acabar rematarme, ayer vi también el anuncio de la colección completa de «El coche fantástico». Qué impacto ver al David Hasselholf ese de nuevo con su frondosa cabellera y su chupa de cuero (que por cierto era un par de números pequeña).

Y eso no es todo. Teniendo en cuenta que ya han hecho la versión cinematográfica de «Starsky y Hutch», «Corrupción en Miami» está en cartelera y «Transformers» está en producción, algo me dice que no vamos a tardar en ver la camioneta negra con la linea roja en la gran pantalla. Pero quien va a hacer del caballero negro montado en el coche que habla? Y dónde está McGuiver? Vamos a verle haciendo un teléfono móvil con un cordón de zapatos y un papel de chicle?

Todo encaja. Todo. La revisitación de los ochenta está por llegar a su cumbre. Como diria Hannibal: «Me encanta que los planes salgan bien».

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