Las restricciones de equipaje en aeropuertos ingleses se alivian por amor a la música

El 10 de Agosto Scotland Yard abordó un intento de ataque terrorista que intentaba hacer estallar 10 aviones en pleno vuelo desde Londres hacia USA. Aparentemente los explosivos iban a ser en forma líquida y serían detonados por un teléfono movil. Esto desató una fiebre se medidas de seguridad en todos los vuelos desde o hacia el Reino Unido que no han empezado a aliviarse hasta este fin de semana. Y todo, por amor a la música.

A pesar de que no pudieron atrapar a nadie en el aeropuerto con explosivos en la maleta, parece que las pistas indicaban un atentado inminente, que podría haber sido el siguiente dia 11. A partir de entonces se decretó «Nivel de amenaza crítica», el más alto posible, y las medidas de seguridad se llevaron a extremos de caos. Cientos de vuelos se suspendieron, chequeo físico a cada uno de los pasajeros, prohibición absoluta de equipaje de mano, prohibición absoluta de llevar nada en los bolsillos, aceptando sólamente documentación, y llevada en una bolsita de plástico transparente.

Más tarde se aceptaró equipaje de mano de la medida de un ordenador portatil, manteniendo la prohibición de cualquier líquido, de perfume a agua, pasando por barra de labios o crema. Las aerolineas se quejaron de los millones de libras que estaban perdiendo por retrasos y cancelaciones debidas al tiempo suplementario debido a la seguridad.

Entonces llegó Mark Elder, director invitado de la orquesta de la BBC en el concierto de clausura de «Proms». «Proms» son una serie de conciertos organizados por la BBC en verano para dar a conocer a jovenes talentos y ofrecer música clásica a precios populares. Y son toda una institución en el Reino Unido. Justo antes de tocar las últimas piezas no se le ocurre nada más que decir que las medidas de seguridad en los aeropuertos hacen muy difícil para los músicos viajar con sus instrumentos, y que si esto seguía así el año que viene tendrian que tocar «Concierto para ordenador portátil y orquesta».

La repercusión mediática fué tremenda a todos los niveles. Los millones de libras perdidos por las aerolineas, el caos en los aeropuertos, las horas perdidas de pasajeros no pudieron hacer reflexionar a las autoridades. Pero la posibilidad de que nos podamos quedar sin música, eso es otro cantar. En menos de dos semanas el asunto ha sido solucionado, y ahora se puede entrar en el avión con el equipaje de mano normal, incluidos instrumentos de música. Asuntos como este separan a paises avanzados del resto.

La Congestion Charge de Londres la cobra Robin Hood

Una vez más el Financial Times pone las cosas en su sitio. En uno de sus editoriales explica el por qué los peajes son economicamente eficientes y muy recomendables. A la vez critica uno de los más famosos del mundo, la Congestion Charge de Londres, inventada por el pseudo-comunista alcalde de Londres Ken Livingston. Esto puede parecer una contradicción, pero el artículo en cuestión no deja lugar a dudas.

La Congestion Charge es un peaje anti-congestión que los automobilistas pagan para tener el derecho de circular por la zona central de Londres durnate un día laboral. Al principio eran cinco libras, y recientemente ha subido a ocho. El objetivo es reducir la cantidad de automóbiles en las angostas calles del centro de Londres, y rebajar el nivel de contaminación, uno de los más altos del mundo cuando el plan se proyectó.

Los peajes anti-congestión se fundamentan en una idea económica muy sencilla. El espacio en autopistas y calles es limitado. Si una cantidad de coches superior a la que pueden soportar desea circular, el resultado es un atasco. Para que se mantenga la fluidez del tráfico la idea es que cada automobilista ponga un precio a su tiempo. O lo que es lo mismo, los automovilistas se preguntan si el tiempo que se ahorran usando el coche para llegar a su destino vale tanto como el precio del peaje. Si el volumen de tráfico todavía es demasiado alto, se sube el precio. De este modo se asegura que sólo los que valoran su tiempo al menos al precio del peaje van a utilizar el coche.

Este sistema es tremendamente eficiente porque se pone precio a algo que es muy difícil de valorar. Se soluciona el problema del espacio limitado gracias a que se puede comprar el tiempo que uno se ahorra por no haber congestión. Como el articulista dice, las empresas se benefician de ello porque sus trabajadores llegan a la hora, los transportes de mercancias són más rápidos, ahorrando costes etc.

Pero entonces, ¿por qué la Congestion Charge de Londres es «el mayor paso adelante en la implementación de peajes anti-congestión en Gran Bretaña, y a la vez el mayor paso atrás»?

Muy sencillo. Ken Livingston está utilizando la recaudación en mejorar el transporte público de Londres. El mismo autor lo dice «el resultado es que la mayoría de los beneficios van a los pasajeros de autobús y no a los vehículos privados». Es como robarles dinero a los Porsches, Maseratis, BMWs, Aston Martins, Ferraris y dárselo a los pobres que van en autobús. O sea que el peaje anti-congestión se convierte en una herramienta de redistribución de riqueza, y hasta aquí podriamos llegar. Cierto que es Historia de Inglaterra que Robin Hood robaba a los ricos para dar a los pobres, pero el Rey Ricardo estaba en las cruzadas en lo que hoy es Oriente Medio mientras Robin Hood hacía de las suyas, y eso también es Historia de Inglaterra, pero nadie está mandando ejércitos a oriente Medio a reconqiustar Tierra Santa, ¿no?

Según el autor, los automovilistas aceptarán el peaje anti-congestión «si creen que la razón es exactamente esa: reducir la congestión». En resumen, que hay que devolver las carreteras a aquellos que tienen el poder adquisitivo para permitirse circular por ellas. Los demás, los de menor poder adquisitivo, deben «quedarse en casa o ir en transporte público», que evidentemente no puede financiarse con la recaudación del peaje.

Espero con ansia el próximo editorial en el que el autor nos explicará por qué financiar el transporte público con los impuestos pagados por aquellos que no lo utilizan es injusto y algo que debe acabar cuanto antes.

Huelgas y diferencias culturales

Los sindicatos utilizan las huelgas para presionar a quienes toman decisiones en una negociación colectiva, a menudo sobre retribuciones. Para ello toman acciones que bien perjudican a la empresa directamente, o a sus usuarios/clientes/opinion. La forma que toma la huelga dice mucho acerca del país.

De este modo cuando los franceses van a la huelga lo ponen todo patas arriba haciendo imposible la vida normal. Una huelga "a la japonesa" consiste en trabajar más de la cuenta para producir más y provocar una caida en los precios perjudicial para el propietario. En España las huelgas tienden a concentrarse en dias de fiesta para fastidiarle las vacaciones a la gente.

Los trabajadores de una de las compañías de trenes que sirven Londres han amenazado con hacer huelgas en dias de partido de Inglaterra en la Copa del Mundo en Alemania. La idea consiste en hacer imposible que la gente vuelva a casa a tiempo para ver el partido, un sacrilegio en un mundial que los ingleses consideran ganado desde antes del sorteo.

Así que mientras los franceses ponen barricadas, los japoneses se concentran en la producción y los españoles montan piquetes, los ingleses se quedan en su casa viendo el partido…

Pensandolo bien, el más que posible Alemania-Argentina se juega en horario de trabajo… y yo no estoy totalmente satisfecho con mi sueldo…

Cocerse en un autobus de dos pisos

Los famosos autobuses rojos de dos pisos son uno de los iconos de la cuidad de Londres. Pero al igual que al metro, se les atraganta el calor.

Por si no habeis tenido la ocasión de subir a uno, es como los autobuses turísticos descubiertos de dos pisos, pero con techo. Eso significa que el piso superior está acristalado en todo su perímetro, y la única ventilación proviene de la angosta escalerita que conduce al piso inferior y de las minúsculas aperturas en las ventanas (qué se puede decir sobre las ventanas de autobús que no se haya dicho ya), con lo que el piso superior se convierte en un horno isufrible cuya temperatura aumenta un poco más si cabe gracias al calor humano.

Todos los autobuses londinenses tienen calefacción, incluso los más antiguos, pero Londres no se ha adaptado al cambio climático todavía, y el aire acondicionado brilla por su ausencia, a pesar de que las temperaturas superan con facilidad los 25 grados (y en el piso superior los 30).

Las autoridades londinenses no lo han pensado dos veces y se han puesto manos a la obra aportando una magnífica solución. Exacto! Van a poner algunas ventanitas más en el piso superior de los autobuses.