Ayer vi un documental en la BBC sobre la venta de riñones en Iran. Todavía ahora estoy impresionado.
Resulta que en Iran uno puede ir a una clínica y vender un riñón. Está regulado por Ley. Cada año más de 1.500 personas venden un riñón. La oferta supera la demanda.
Una mujer estaba preocupada por su hijo, quien iba a someterse a la operación. El médico le dijo que dar un riñón es totalmente seguro. Que se puede seguir una vida normal. Que todavía queda otro…
Lo primero que hacen las recepcionistas de las clínicas es preguntar la edad (tiene que ser entre 23 y 34 años), dónde viven, y por qué lo hacen. Su respuesta es casi siempre «porque lo necesito». Eso significa «por el dinero». Y cuánto obtienen? El precio está regulado. Teóricamente no se obtiene más dinero por ir a una u otra clínica. En el mejor de los casos, se obtienen 1.500 euros.
La pregunta con la que el documental empezaba es «¿Cual debería ser tu situación para que vendieras un riñón?». Y por 1.500 miserables euros.