Alta gastronomia inglesa

La alimentación es extremadamente importante en nuestras vidas.

También lo es para los ingleses. Mi nuevo compañero de piso es inglés, así que he tenido ocasión de verle cocinar. Uno de los platos que ha llamado mi atención por su simplicidad es el siguiente (siento no saber el nombre).

Se necesita una lata de alubias blancas en salsa de tomate. En Londres se pueden encontrar en cualquier supermercado por menos de 50 céntimos. Se abre la lata con cuidado de no cortarse y se vierte su contenido en un recipiente, preferiblemente cóncavo. Se pone en el microondas unos dos minutos.Al mismo tiempo se toma una rebanada de pan de molde y se introduce en la tostadora. Cuando el pan está tostado y las alubias cocidas nos disponemos a emplatar.

Tomamos la rebanada de pan tostado y la colocamos en un plato. Acto seguido se toma el recipiente de las alubias y se vierten sobre el pan tostado.

Nada más. Como veis es rápido, barato y delic… delici… Bueno, que él se lo como muy agusto.

Al metro de Londres no le va el calor

A veces me pregunto qué es lo que hace de Londres una ciudad aparte del resto. Y las respuestas están en el día a día.

Parece que la Primavera por fin se ha dignado a aparacer por Londres. Ayer el tiempo fué de lo más agradable. Parece ser que los túneles del suburbano londinense llegaron a los 27 grados. A esa temperatura, las vias por las que circulan tres lineas del "Underground" a su paso por la zona central de Londres empezaron a dilatarse. Por razones de seguridad, los trenes rebajaron la velocidad de sus habituales 70 km/h, a 32 km/h. Y las noticias son que va a seguir así durante los próximos tres meses.

A menos velocidad y con menos frecuencia de paso, cada trayecto va a tomar más tiempo y los trenes van a ir más llenos. Compartir un vagón sin aire acondicionado pegdo a otros viajeros va a crear vínculos de mutua simpatia entre los londinenses, fortaleciendo su caracter interracial e intercultural. Y seguro que el incremento de tiempo va a ser un buen incentivo para utilizar la bicicleta o ir andando, disfrutando mucho más de la ciudad y el clima templado. Todo ello va a repercutir positivamente en el estado anímico de mis conciudadanos.

Cosas así son lo que hacen de Londres una de las ciudades más avanzadas del mundo.

Esconde tu móvil

En los vagones del metro de Londres hay anuncios. Están ahí para que los usuarios tengan algo que leer en los largos trayectos salpicados de frecuentes retrasos.Uno de los más incomprensibles el que dice "No anuncies tu teléfono mobil a los ladrones".

Un teléfono mobil es un aparato electrónico, preferiblemente de reducidas dimensiones, que sirve para llamar a otros teléfonos, ya sean fijos o móbiles. Pero la mayoria de teléfonos tienen pantallas panorámicas en color, cámara fotográfica, reproductor multimedia, tonos llamativos, diseño vanguardista, y hasta altavoces estéreo. Podriamos conseguir las mismas funciones con otros aparatos, con más calidad, y a menos precio, pero preferimos gatarnos el sueldo en esos móbiles rebosantes de funciones porque son más "cool". Y entonces va y un anuncio patrocinado por el Ministerio de Interior Británico me recomienda esconderlo. ¿Pero en qué cabeza cabe? ¡Si no quiero que nadie lo vea me compro uno barato! Si es que hay cada anuncio por ahí…

Nuevas tendencias

Tal vez alguno de vosotros haya experimentado lo que es tener un familiar en casa con un transistor en la mano escuchando los partidos de futbol o algún programa de radio.

En mi casa, mi padre tenía esa costumbre. Todavía recuerdo el sonido estridente de ese altavoz propio de los años 60.

Yo en cambio iba con mis elegantes auriculares y mi calidad de sonido. No sin esfuerzo, conseguí hacerle comprender que los auriculares son más modernos, que te permiten escuchar mucho mejor (sin mencionar el descanso que supone para los demás), y que son mucho más elegantes. Que equivocado estaba.

La juventud londinense, a la cabeza de las tendencias, ha sacado la nueva moda de escuchar música por el altavoz de su teléfono móvil. El resultado es un ruido incomprensible muy similar al de un transistor. Evidentemente, si el joven en cuestión lleva el teléfono en el bolsillo, no puede escuchar la música. Por lo tanto lleva el teléfono en la mano, a una altura que le permita escuchar. Normalmente en un ángulo de 90 grados. Pensareis que es una estupidez llevar el teléfono en la mano para escuchar ruido de transistor cuando podría escuchar en estéreo y sin tener que llevar la mano en tan incómoda posición con sólo usar auriculares. Y que también son ganas estar en la calle a 0 grados con la mano desnuda porque con guantes no se pueden operar lo botones… ¿Es que os pensáis que ser "cool" es fácil? Se requiere sufrimiento.

Así que una vez más se demuestra la sabiduría de nuestros mayores. Si veis a alguno de vuestros familiares con el transistor por la casa, no les tratéis de anticuados. De hecho, están marcando tendencias.

¿Por la derecha o por la izquierda?

Al llegar a Londres, me di cuenta de que algunos coches circulaban con el asiento del conductor vacio. Inmediatamente empecé a mirar si la gente llamaba a su coche a través del reloj, como en «El Coche Fantástico». No sólo eso, también me di cuenta de que los coches circulaban por el lado contrario. Entonces recordé que algunos amigos, demostrando un claro bagaje internacional, me habian advertido que los ingleses conducen al revés.

Satisfecho por mi descubrimiento, quise aplicar un poco de lógica e integrarme en la sociedad. Si los coches circulaban por la izquierda, el lado opuesto a como lo hacen en la Europa continental, también debería ser así a la hora de pasear por la calle. Así que tiré por la borda años de andar por la derecha, como buen ciudadano que soy, y me lancé a andar por la izquierda.

Para mi sorpresa, tuve la sensación que andaba a contracorreinte. Tenia que ir sorteando a la gente haciendo la tarea de andar más que complicada. Así que decidí volver a la derecha. Pero la sensación de intentar atravesar un muro de gente seguía igual.

Al mismo tiempo llegué a la conclusión que la sensación de tener una disciplinada cola de gente pegada a mi espalda no era fruto de mi imaginación. Yo le llamo «estrategia rompehielos». La cuestión es ver si alguien cerca va en la misma dirección que tu. Esa persona es quien abre la brecha en la densa marea humana. Tu la sigues muy de cerca, sin dejar espacio, ya que al mas mínimo descuido, la brecha se cierra y desaparece el camino.

Este impresionante hallazgo no explica por qué parece no haber una norma de andar a la derecha o a la izquierda. Pero he encontrado la respuesta. La culpa es del famoso «London Underground».

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Resulta que para facilitar la circulación de gente en los laberínticos y estrechos pasillos del suburbano londinense, las autoridades han colgado unos carteles con el lema «keep left», que gracias a mi avanzado nivel de inglés puedo traducir como «mantenerse a la izquierda». Así que la norma está clara. Sin embargo, en otras estaciones, hay un letrero que dice «Keep right», lo que significa «mantenerse a la derecha» (mi padre estará orgulloso por semejante demostración de bilinguismo). En qué quedamos? Derecha o izquierda? Obviamente, semejantes contradicciones han sumido a los londinenses en una profunda confusión para la cual no hay atisbo de solución.

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