Es viernes y como de costumbre esta tarde al salir del trabajo los pubs se van a llenar de gente tomando cervezas con sus compañeros de trabajo. Y eso puede ser una experiencia traumática para la que hay que ir preparado.
La cultura de pub en en Reino Unido hace que el viernes por la tarde, en vez de salir del trabajo como alma que lleva el Diablo para estar con la familia, los amigos o empezar el fin de semana, los ingleses se vayan a pasar unas horas con sus compañeros de trabajo.
Una vez en el pub, el objetivo es muy claro: emborracharse lo más rápido posible. Pero parece que las reglas no escritas dicen que eso debe ser a base de cerveza. Nada de bebidas fuertes. Y además cerveza inglesa, esto es, de baja graduación. Poniendo juntos el objetivo de emborracharse deprisa y la cerveza de baja graduación obtenemos como resultado que en la primera hora en el pub un inglés normal puede echarse por la garganta tres «pints», o más de 1,5 litros de cerveza. No hay duda de por qué el baño es uno de los lugares más importantes de un pub.
Así pasa la tarde-noche, pudiendo llegar a beber facilmente seis «pints», equivalentes a 3 litros de cerveza.
Cuando el objetivo de emboracharse se consigue no significa que se van a casa con la satisfacción de la tarea cumplida. A partir de entonces es cuando realmente empiezan a divertirse (recordemos que es viernes tarde y están bebiendo con sus compañeros de trabajo). Para entonces el ruido en el pub puede ser ensordecedor, ayudado por una música excesivamente alta (en los pubs de moda en las áreas de oficinas).
Para gente con años de experiencia la combinación mucho ruido, música alta y gente borracha no debe ser problema para mantener una conversación, pero si a eso le sumamos comportamientos más bien abstemios y falta de familiaridad con la miríada de dialectos, acentos y jergas en inglés, el resultado puede ser catastrófico.
Es necesario un plan de acción. La estrategia requiere altas dosis de concentración. A medida que el ruido y el nivel etílico del interlocutor se incrementan, la dificultad preexistente de entender su acento aumenta proporcionalmente. Entonces hay que mirarle y tratar de entender lo que dice por su lenguaje corporal. Si parece que cuenta una broma hay que reír a carcajadas. Si parece estar quejándose de algo, entonces un «oh, really?» es muy apropiado. Si ya está en la fase de contarte su vida, simplemente asintiendo es suficiente. Luego hay que intentar pillar alguna palabra suelta y replicar a veces con algo que pueda estar relacionado con esa palabra. Finalmente hay que encomendarse al santo de turno para que el último comentario no fuera una pregunta.
Y todo esto para qué? Bueno, un reciente estudio dice que los trabajadores que salen a beber con sus compañeros y, sobretodo, con sus jefes, tienen mejores salarios… Y lo que es más importante: nadie quiere que le llamen «antisocial» por querer pasar el viernes por la noche con alguien que tu escojas, para variar.
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